0%
La Casada Infiel

La Casada Infiel

los juncos y los espinos,
Sus muslos se me escapaban
ni los critales con luna
Ni nardos ni caracolas
y se me abrieron de pronto
rasgada por diez cuchillos.
el mejor de los caminos,
Me porté como quien soy.
creyendo que era mozuela,
las cosas que ella me dijo.
pero ten&i九*九*藏*書acute;a marido.
toqué sus pechos dormidos,
Sin luz de plata en sus copas
y no quise enamorarme
los árboles han crecido,
como peces sorprendidos,
me hace ser muy comedido.
La luz del entendimiento
ladra muy lejos del río.
Ella se quit&九-九-藏-書;oacute; el vestido.
sin bridas y sin estribos.
como una pieza de seda
me dijo que era mozuela
y se encendieron los grillos.
No quiero decir, por hombre,
y un horizonte de perros
Como un gitano legítimo.
relumbran con ese brillo.
porque teniendo marido
Con el aire se baread.99csw.comtían
tienen el cutis tan fino,
La Casada Infiel
como ramos de jacintos..
Y que yo me la llevé al río
Ella sus cuatro corpiños.
yo me la llevé al río.
las espadas de los lirios.
bajo su mata de pelo
cuhttps://read•99csw.comando la llevaba al río.
Pasadas la zarzamoras,
y casi por compromiso.
la mitad llenos de lumbre,
En las últimas esquinas
La regalé un costurero
grande de raso pajizo,
Fue la noche de Santiago
Se apagaron los faroles
Aquella noche corrí
Yo me quit&am九-九-藏-書p;eacute; la corbata.
me sonaba en el oído,
montado en potra de nácar
la mitad llenos de frío.
hice un hoyo sobre el limo.
Yo el cinturón de revólver.
Federico García Lorca
El almidón de su enagua
Sucia de besos y arena